Miguel de Cervantes acusado de violación

Cuatro siglos después de su muerte, Miguel de Cervantes Saavedra, figura principal de la literatura universal y patrimonio nacional de España, fue señalado por conducta indecente, violación y otros actos que, según los grupos feministas que dominan la escena mediática actual, demuestran la falta de carácter moral del escritor del El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, y lo inhabilitan de ser una figura tan importante en la historia del planeta.

En marzo de 2015, un grupo de arqueólogos que buscaban el cuerpo de Cervantes, encontraron una serie de documentos y cartas del escritor y su familia, ocultas en unas catacumbas clausuradas desde el siglo dieciocho, en el monasterio de San Ildefonso y San Juan de Mata, en Madrid, antes conocido como el Convento de las Trinitarias descalzas de San Ildefonso, lugar en que fue sepultado el escritor, en el año 1616.

Se supo que, entre los papeles encontrados, existe una carta escrita por una alegada amante de Cervantes a la esposa de éste. Según la información que ha trascendido hasta el momento, la mujer era una joven cortesana y gitana de origen ruso-judío, que hacía trabajos domésticos en casa del escritor. En la carta, le narraba a Doña Catalina de Salazar y Palacios, esposa de Cervantes, que trató de dejarlo y romper la relación extramarital que sostenían, pero, él no se lo permitió, que, mediante el uso de la fuerza, la obligaba y la tomaba como amante. También se encontraron otros folios, denuncias que, se alega, fueron escondidas por las autoridades de la época para proteger al escritor, en las que doce empleadas de la Oficina de Recaudaciones Reales que dirigió Cervantes entre 1585 al 1592, lo acusaron de indecente y de violar a las doce y embarazado a siete, que dieron a luz hijos bastardos y, eventualmente, fueron rechazadas por sus familias.

Después de cuatro años de análisis e investigaciones para corroborar la autenticidad, aunque no pudieron ser certificados del todo, parte de los documentos fueron revelados al público. Ante las serias acusaciones recién descubiertas, los movimientos feministas han organizado una quema mundial de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha y otros títulos del prodigio español, piden su remoción inmediata de los currículos académicos, que el nombre y la obra Miguel de Cervantes Saavedra sean erradicados de la literatura universal, hasta la última letra.

El capítulo del movimiento femenino MeToo en España, estuvo silente durante los primeros días de controversia, pero, ante las acusaciones de “hipocresía y doble moral” que levantaron los capítulos internacionales del mismo movimiento, no les quedó más remedio que responder. Sólo los integrantes más jóvenes (en su mayoría mujeres menores de veinticinco años) se unieron a los reclamos de sus homólogos en otros países y pidieron la desaparición total del Manco de Lepanto. “Si una mujer no puede estar en esa silla (refiriéndose al sitial que ocupa Cervantes en la literatura), tampoco un hombre lo estará”, manifestaba muy molesta Regina Fernández Mestre, una de las líderes principales del MeToo de Argentina, cuando se le preguntó acerca de la intención real detrás de la acusación y demonización de una figura que falleció hace más de cuatrocientos años.

Curiosamente, las integrantes mayores de veinticinco años del MeToo español, renunciaron al movimiento y firmaron un comunicado de prensa en el que condenan cualquier conducta inapropiada, como la que se le imputa al legendario escritor y hacen clara su nueva postura. Entienden que el trabajo y obra de un artista no debe ser marcado por su vida personal ni por rumores o conjeturas, mucho menos por denuncias y acusaciones remotas e imposibles de constatar con evidencia real. No sólo eso, fueron más lejos e hicieron una lista de artistas y celebridades (Ben Affleck, Matt Damon, Morgan Freeman, Cristiano Ronaldo y Neymar Jr., entre otros), que ahora, después de mucho análisis acerca de sus posturas pasadas, entienden que fueron viciosamente condenados por el movimiento feminista al que pertenecieron que, según declararon las disidentes: “Dejó de ser un defensor de la igualdad de derechos, y se convirtió en un elemento disociador, promotor del hembrismo y el misandrismo, que ha centrado su filosofía, únicamente, en la percusión maliciosa y el odio generalizado hacia el hombre y la masculinidad”.

Un prestigioso bufete de abogados de Madrid, Villagrán, Antonnetti, Schwarz & Ribeiro, asumió la representación y defensa del escritor. Alegan que, de una lectura preliminar de las cartas, se desprende evidencia clara que pone en duda la veracidad de las acusaciones hechas por la “supuesta amante gitana”. Por ejemplo, según los abogados, la carta dice que Cervantes la retenía a la fuerza: “Me sujetaba fuerte con ambas manos y no me permitía escapar”. Según el licenciado Rigoberto Villagrán Zalduendo, es de conocimiento público que Cervantes estaba inutilizado de una mano, a raíz de una herida con arcabuz durante la batalla de Lepanto, el 7 de octubre de 1571. “Así de absurdas son las implicaciones”, decía, muy molesto, el abogado durante la conferencia de prensa que dio frente a la estatua del escritor, ubicada en la Biblioteca Nacional de España.

Según expertos y académicos de las principales universidades de Europa y América, Miguel de Cervantes es para la literatura, lo que Sócrates para la filosofía o Pitágoras para los números. Erradicarlo de la historia, como pretende el grupo feminista, implicaría, no sólo un trastoque en la comprensión y el entendimiento de la literatura mundial, sino también un golpe económico al país europeo, toda vez que una gran parte de su movimiento turístico se cimienta en la vida y obra de Cervantes.

Al momento de este reportaje, los últimos descendientes de Miguel de Cervantes, los hermanos Manuel y Javier de Parada Luca de Tena, rechazaron hacer comentarios o apariciones públicas, sólo se sabe que temen por su seguridad e integridad física. Desde hace más de una semana, el edificio de apartamentos en el barrio de Salamanca donde residen, es asediado por cientos de manifestantes de distintos movimientos feministas que marchan, gritan consignas y levantaron un campamento al que llamaron: “Muerte al Hidalgo Violador”.

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