Para conocer la «verdadera» historia,
acerca del misterioso fallecimiento de Gustavo, busque
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Por: J.A. Zambrana
(Derechos Reservados)
Un tributo a mis dos argentinos favoritos.
En aquellos días era muy difícil darse cuenta. Íbamos a los conciertos y otras presentaciones, y pasábamos la noche sin notar a los que compartían nuestro mismo ritual. Los que se vestían acorde a la ocasión y convocaban amigos igualmente fanáticos; las sustancias veniales; la fila C o la F, la butaca cuatro, tal vez la treinta; mucho mejor la arena, más cercana a la tarima. Humos de tabaco y otras plantas, formaban una atmósfera turbia, misteriosa; la oscuridad antes de comenzar la función, interrumpida por intensas luces parpadeantes. Luego, la música que era lo más importante; la razón para congregarnos en un territorio que no pertenecía a ninguno, pero que era de todos a la vez, allí donde éramos nadie, pero nos hacíamos uno con el humo; bailando, contorneándonos con la sensualidad del ritmo; él amaba dejarnos así. Las caravanas de miradas perdidas en la mística del espectáculo; los deslumbrantes juegos de luces creaban una dimensión espacial extraordinaria y distinta a lo que hacían otros intérpretes comunes. No faltaban frases de admiración que se perdían en el ruido, en los cantos coreados al unísono y matizados con gritos de euforia. Realmente era imposible reconocer más allá de las filas kilométricas, los afiches, la publicidad en comerciales de televisión y radio; ni siquiera en las críticas de las redes sociales, con sus constantes “twitts” y el vicioso “Facebook”, que éramos tantos los que queríamos a Gustavo.
El sonido de la ausencia está disponible en:
Librería Laberinto en el Viejo San Juan; Librería Norberto González en Río Piedras, Casa Norberto en Plaza las Américas; Libros AC en Santurce; Biblioservices en Hato Rey y
https://www.librosondemand.com/products/el-sonido-de-la-ausencia
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