(El curioso caso del Licenciado Alvin Couto de Jesús)
Alguien dijo una vez: “Cuando los dioses nos quieren castigar, responden nuestras plegarias”. Tal vez la cita aplica al caso del Lcdo. Alvin Couto de Jesús, un abogado y activista, muy verbal, fogoso y algo soez en los comentarios que escribe en sus cuentas de redes sociales, quien por mucho tiempo ha sido un férreo opositor de las políticas del Gobierno, la imposición de la Junta de Control Fiscal y otras causas. Su cuenta de Facebook muestra a un activo y, tal vez para algunos, radical manifestante. Couto, fue citado a comparecer el jueves 10 de Mayo, ante un fiscal del Departamento de Justicia, disque a rendir cuentas por unos comentarios que escribió en su cuenta de Twitter, específicamente: “Pesquera, mamabicho, ésta nos la vamos a cobrar. Apunta la afirmación».
No soy fanático del estilo del licenciado Couto ni de su constante exposición y protagonismo. Pero, como alguien que utiliza las letras como mecanismo de expresión, reconozco y entiendo que mi estilo de cinismo a la inversa, tampoco debe ser del agrado de muchos, en particular de simpatizantes del Gobierno, los mismos que persiguen al licenciado Couto. Me parece totalmente incorrecto y negligente que el Departamento Justicia, ande citando gente por expresiones y opiniones personales, porque no parece haberlas hecho en representación de nadie, que no conllevan ni implican delito. Creo que en efecto es una forma de intimidación y represión a aquellos que se atreven a expresarse con libertad. No tengo problemas con el uso de palabras soeces en la expresión pública, las utilizo con frecuencia, pero, me parece incorrecto que un abogado utilice ese tipo de lenguaje, para referirse, públicamente a personas particulares; creo que le quita seriedad y le hace abolladuras en el carácter, aunque la gane cientos de likes y seguidores en las redes sociales y lo haga lucir cool entre las filas de los millenials. Los Cánones de Ética de la Profesión Legal, llaman a cierto decoro en la conducta de los abogados admitidos en el ejercicio de la práctica en Puerto Rico. Como abogado, aspirante a escritor y alguien que gusta de expresarse y herir sensibilidades en el proceso, me parece correcto que se le exija un poco más a los abogados activos, que al ciudadano que no tiene responsabilidad profesional alguna como funcionario de los Sistemas de Justicia, porque eso son los abogados, funcionarios de Tribunal. El conocimiento jurídico y el acceso a las cortes, le da al abogado, un poder particular sobre el resto de los “legos” mortales. Es puro sentido común para aquel que utilice el título de licenciado, antes que su nombre. ¿Llamaría el licenciado Couto, “mamabicho” a Héctor Pesquera o a cualquier otro, en medio de un proceso ante un Tribunal? Estoy seguro que no; por eso me parece incorrecto que lo haga en cualquier otro foro público, y sus cuentas de redes sociales son públicas, no hay duda que el Licenciado Alvin Couto de Jesús, no se oculta detrás de perfiles falsos ni anonimato.
En mi opinión personal más pura, pienso que Héctor Pesquera es un tipo arrogante, un prepotente adefesio producto de la Guerra Fría y el amiguismo político, que trabaja por un cheque gordo y no por un compromiso serio con el país; en resumen, es, en efecto, un perfecto “mamabicho”. Que no quiere decir que el viejo malcria’o succione penes, sino que es un creído que piensa que está por encima de todo, hasta la ley. Mis respetos y saludos a quienes gozan y disfrutan de chupar o lamer penes, vaginas o cualquier otra parte del cuerpo que le apetezca; ya han dicho los científicos que una práctica oral desinhibida, es necesaria para relaciones íntimas saludables. Como amante del sexo, soy un entusiasta de los placeres orales, por lo que términos como “chupa-pipi” o “lambe-toto” y otras idioteces similares, como la dicha por el licenciado Couto, no me parecen verdaderamente ofensivos para nadie; aunque para una persona como Pesquera, podría resultar peor que una mentada de madre.
Ahora bien, como abogado, entiendo que el licenciado Couto no cometió ningún delito con sus expresiones, y estoy seguro que el nutrido grupo de abogados que lo acompañarán el día de su cita ante el Fiscal, deben saberlo también. Debido a su forma de presentarse ante las redes sociales, y los contextos en se que expresa en las mismas, sumado a una colección de fotos que lo presentan como un activista agresivo y resiliente, pero casi lo llevan al nivel de la hipérbole y la caricatura: vestido con capuchas, cascos, miradas y poses que pretenden dramatizar ira o molestia, y que, como ya dije, pueden darle una imagen de personaje caricaturesco, pero, que a la vez contrastan con otras fotos, en las que luce como todo un hípster sonriente e inofensivo. Algo que puede llevarnos a pensar, que es algo así como un influencer de la nueva izquierda que se desgalilla por la internet. Estoy seguro que el fiscal del caso, está tratando de quedar bien con sus jefes, lame el gran culo de alguien con mucho poder, por eso, a sabiendas de que no tiene un delito para acusar, cita al licenciado Couto de esa manera, que puede ser muy intimidante para un abogado joven, en vez de ir directo al Tribunal y radicarle el “delito” objeto de la investigación.
Mi pregunta al final es la siguiente ¿Se reafirmará el licenciado Couto en las palabras que muy seguro y determinado escribió en su cuenta de Twitter? ¿Se atreverá a repetirlas y sin pedir disculpas? O, por el contrario, como pasa con muchas figuras similares, se disculpará y bajará la cabeza y el tono. A decir verdad, creo que la vida le ha dado al licenciado Couto, un momento único para que sostenga sus palabras del 1ro de mayo y todo lo dicho y escrito por los pasados años; la oportunidad de demostrar que sí posee valor y compromiso real, que no es sólo una ficción teatral de protagonismo hueco, para masturbarse la autoestima en las redes sociales. Tal vez sea el momento de que levante más alto su voz, y reafirmar que Pesquera es un “chupappipi”, y de que “esa se la van cobrar”, y de decirle a los fiscales que “apunten la afirmación». De lo contrario, puede que el licenciado Couto, sea otro de los que viven el fantasy camp de la revolución detrás de la seguridad que provee la pantalla negra de los aparatos electrónicos.
No puedo evitar recordar a Oscar López Rivera, pienso que la grandeza de su valentía y carácter quedó demostrada cuando, por voluntad propia, prefirió cumplir cárcel antes de pedir perdón; esos son galones de verdad y no el “pantalleo” para Facebook que vemos con tanta frecuencia, y siento que los que hoy día se hacen llamar líderes, carecen de esa fuerza en el carácter. Esperemos que el licenciado Couto, sea como esos que ya no existen. Si, como abogado, ya sabe que no debe haber consecuencias mayores por su acción, no debería tener inconvenientes en atreverse a sostener sus afirmaciones. Algunos extremistas, dicen que no debe comparecer, obligar a que lo arresten y convertirse en mártir; algo que me parece una idiotez, cuando tiene la oportunidad de mirar y enfrentar al opresor.
La particular situación del licenciado Couto, trae a mi mente aquella vieja frase de Fidel Castro: “La historia me absolverá”. Que la dijo después de ser declarado culpable y condenado a 15 años, por varios ataques armados a cuarteles en Santiago de Cuba, allá para el 1953, durante un juicio en que asumió su defensa. Sesenta y cinco años después, en Puerto Rico, este joven abogado tiene la especial oportunidad de que sus acciones queden reivindicadas y ser absuelto por la historia.
El próximo jueves 10 de Mayo, estaré frente al Departamento de Justicia, y apoyaré al licenciado Couto, como abogado y como camarada de la expresión libre, no para tirarme selfies con Mariana“HungerGames”Nogales (que está muy guapa) ni con los otros que les gusta robarse el espectáculo; estaré para hacer bulto y levantar la voz. Si tengo que agarrar un macanazo o ingerir un poco de gas pimienta, pues que así sea; el derecho a expresarse del Licenciado Alvin Couto de Jesús, es tan importante como el de cualquiera, es deber de todos ayudar a protegerlo, como si fuera el propio.
PD. ¿QUÉ PASÓ EL 10 DE MAYO?
El día de la cita, el Licenciado Couto no se presentó, pero, sí compareció su abogado; quien informó que su cliente no iba a emitir ninguna declaración sobre las expresiones que se «alega» hizo en las redes sociales. Couto se amparó en la 5ta Enmienda de la Constitución, un derecho que tiene todo ciudadano de no emitir declaraciones que le incriminen. Couto, no entró al edificio de Justicia, prefirió quedarse afuera y marchar, franqueado por el casi medio centenar de simpatizantes que llegó a respaldarlo. Después, habló ante las camaras de los medios que le dieron espacio y pauta, y reclamó que lo que escribió en las redes sociales es legal y protegido por ley. Sí es así, ¿por qué no lo reafirmó ante el Departamento de Justicia? ¿Por qué escondió sus expresiones «protegidas», detrás de la verja de la Quinta?
No lo van a acusar de nada, porque no hay delito, por eso me sorprende su silencio. Lamentablemente para Couto, sus detractores en el Gobierno, siempre tendrán disponible la querella ética, ante un Supremo pintado de azul; ahí no hay Quinta, y no creo que le consideren mucho, es posible que lo usen como «ejemplo» para el resto de los abogados que usan las redes. No lo van a desaforar, pero al menos alguna reprimenda le darán; esos muchachos del Pene-P, suelen ser muy rencorosos. Después de ver a alguien tan verbal y de tanto protagonismo, «reculear» de esa forma y escudarse con las garantías del sistema, recuerdo las palabras de un amigo, cuando me dijo: «El último vestigio de lucha verdadera, desapareció el día que murió Filiberto Ojeda». Tenía mucha razón, estos «guerreros» de hoy no se sacrifican por nada, no arriesgan ni un chispo de la comodidad que disfrutan; no veo a ninguno, pero a ninguno, renunciando a todo por la patria y viviendo en el clandestinaje, les gustan demasiado los selfies y que todos los vean.
Es casi un hecho, que después de esa, el licenciado Couto será mucho más cuidadoso en lo que escribe, andará más mesurado y con menos histeria, y seguro que no pondrá bichos en bocas de nadie más ni tampoco expresará amenacitas huecas, solapadas con lenguaje y tono de adolescente, por más molesto, irritado e inconforme que se encuentre. De ser así: ¿Funcionará la intimidación o será la madurez que trae la vida y la experiencia?
Al final, me respondo la pregunta que hice en el título de este escrito: No, no creo que la historia le absuelva; al menos no por este incidente. Ése cómodo escondite en las redes sociales, ahora enchapado con paredes de Quinta Enmienda (y no de Libertad de Expresión), parece convertirlo en uno más de los que ya hay y que gustan de escucharse a sí mismos; otra caricaturezca hipérbole de la retórica de siempre, otro miembro del coro de la futilidad, de esa nueva izquierda que grita alto, pero que no se escucha…
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